EDITORIAL
¿Captahuellas sin huellas?
El 22
de Junio arrancó el Operativo “Pon Tu Huella” del CNE, denunciado por
Súmate como extemporáneo e ineficiente. Además, sería ilegal la
incorporación de las huellas capturadas en este operativo en el Registro
Electoral (RE) ya cerrado el 15 de Abril pasado y publicado el 25 de
Junio; porque según el Artículo 80 de la Ley Orgánica de Procesos
Electorales las huellas dactilares forman parte del RE, y en Mayo
culminó la oportunidad legal de ajustar cualquiera de sus datos. Es
insólito que sea en esta fecha, luego de cerrado el RE para las
elecciones de 2012, cuando el CNE despliegue finalmente el operativo
para incorporar nuevos registros de huellas.
Más
aún, el CNE ha lanzado este Operativo informando que “Se trata de una
jornada abierta a la que pueden acudir todos los ciudadanos (…)
inscritos en el RE que quieran verificar y actualizar la calidad de su
huella dactilar en la base de datos del CNE, con el fin de agilizar el
ejercicio de su derecho…”. En realidad los electores que asisten no
reciben ninguna información que les permita hacer alguna verificación.
Tampoco el CNE ha explicado qué significa o a cuántas huellas se les
debe “actualizar la calidad”. Es decir, se desconoce si a la fecha el
CNE tiene huellas para los 18.903.143 electores habilitados para votar
el 7 de Octubre y cuántas de estas huellas carecen de la calidad
requerida para que las nuevas captahuellas funcionen efectivamente.
Con
el despliegue de este Operativo, al fin el CNE admite la necesidad de
recabar huellas. Sin embargo, continúa el hermetismo acerca de los
resultados de las pruebas de funcionamiento del nuevo sistema de
captación de huellas y se sigue posponiendo recurrentemente la necesaria
auditoría a las huellas disponibles.
La
auditoría de las huellas nunca se ha realizado. Desde la incorporación
de las captahuellas en los procesos electorales venezolanos, por primera
vez en el Referendo Revocatorio de 2004, y especialmente desde la
aprobación en Mayo de 2011 de una captahuella por cada máquina de
votación para los procesos electorales de 2012, esta importante
información se le ha solicitado al CNE reiteradamente; para poder
conocer la cantidad y calidad de estas huellas, y verificar así la
posibilidad real y las características específicas que puede tener el
proceso de comparación electrónica entre la huella dactilar de la
persona que se presenta en el recinto electoral el día de los comicios,
con la huella registrada para la misma en sus datos en el RE.
Aún
se desconoce la cantidad de huellas de las que dispone el CNE, luego de
que el 23 de Abril la propia Presidenta de este organismo, antes de la
publicación del RE Preliminar, informó que les faltaban 1.247.297
huellas que recabarían en el Operativo “Pon Tu Huella”. En esa misma
alocución dijo también que las huellas que no pudieran recolectar en
este Operativo le serían requeridas al SAIME. Ahora que éste ya arrancó,
los voceros del organismo rehúyen la pregunta de cuántas huellas aún le
faltan. Pareciera que, ante la evidencia de la ilegalidad de agregar
nuevas huellas a un RE ya cerrado, el CNE prefiere hacer creer que
dispone de todos los registros; como si la “actualización” de una huella
defectuosa no representara igualmente el ajuste ilegal de un dato en un
RE ya cerrado.
Es
tal el nivel de confusión generado por el CNE, que a estas alturas hay
un total desconocimiento incluso acerca del origen de las huellas, que
en principio pudieran provenir de las recabadas por el CNE y/o del mismo
SAIME. A los fines de la necesaria auditoría, es fundamental conocer el
origen de cada huella, sobretodo porque de la calidad y características
digitales de las mismas dependerá la capacidad del sistema para
“reconocer” a cada elector.
A
partir de esta primera información básica para iniciar la auditoría, un
segundo análisis debería hacerse sobre la calidad de las huellas, que
debe diagnosticarse en función de las características técnicas de las
captahuellas para reconocer efectivamente a cada elector. Según el CNE,
un objetivo principal del Operativo “Pon Tu Huella” sería el de capturar
huellas actualmente defectuosas, o mejorar la calidad de las huellas de
las que disponen. En una revisión de las huellas, los auditores deberían
comprender y explicar claramente al país cuántas huellas defectuosas
hay, y bajo qué criterios se consideran los distintos niveles de
“defecto” que estas tendrían.
A
pesar de que el CNE ha ofrecido que esta auditoría se llevará a cabo, la
entrega de los datos se ha pospuesto sucesivamente. En apenas tres
meses, que es el tiempo que falta para las elecciones presidenciales,
con un RE ya cerrado del que las huellas forman parte, parece obvio que
este escaso tiempo será insuficiente para ejecutar un estudio de esta
naturaleza, determinar las conclusiones y, de ser el caso, aplicar las
recomendaciones correspondientes.
Estas
nuevas acciones tardías del CNE no hacen más que consolidar la tesis ya
planteada por Súmate en denuncias previas: el organismo electoral no
tiene cómo justificar técnicamente la incorporación de las nuevas
captahuellas en los procesos electorales de 2012. El tiempo se agota y
la única salida razonable técnicamente será la eliminación de las
captahuellas del proceso de votación en cada mesa electoral, al menos
para las elecciones de 2012.
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