SEPTIEMBRE 2014
Nº 6, AÑO 4
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LA SOLUCIÓN EXIGE MIRAR HACIA LAS ELECCIONES PARLAMENTARIAS 2015

 

Súmate a través de este Monitor Parlamentario ha reseñado desde 2010 las acciones del cuerpo legislativo y ha ofrecido un recuento de su desempeño. Cerró el primer período de sesiones de la Asamblea Nacional Legislativa (AN) para 2014 y el próximo lunes 15 de Septiembre comienza el segundo y como ya se ha hecho costumbre, en el cuerpo de este documento explicamos como el ejercicio de la labor parlamentaria durante los primeros 8 meses de este año deja un balance realmente decepcionante: un parlamento que no sólo ha incumplido con su deber constitucional de servir como tribuna para el debate nacional, legislar y ejercer la labor de controlar el resto de los poderes públicos, sino que además, gracias al uso inconstitucional y desproporcionado de la mayoría parlamentaria del PSUV, se ha dedicado a perseguir e inhabilitar a los parlamentarios de oposición y ha boicoteado la necesaria renovación de las instituciones democráticas. 

El país se encuentra sumergido en una grave crisis institucional, política, económica y social sobre la cual existe un amplio consenso nacional: ya ningún actor rehúye reconocer su existencia. No obstante, vivimos en un “Reality Show” mediático en el que se reparten las culpas y el centro del debate se ocupa de la ideología, los orígenes de la crisis, los culpables y de algunos proyectos de soluciones verdaderamente incomprensibles para la mayoría de los ciudadanos. En el terreno de la dialéctica, cualquier argumento puede ser defendido en términos más o menos razonables, pero mientras esa discusión se da, la convivencia nacional se hace cada vez más tensa, los ciudadanos se encuentran acorralados, la calidad de vida se deteriora en tiempo real y existe la percepción de que “nadie hace nada”: una combinación de elementos que es realmente peligrosa. 

En este contexto la Asamblea Nacional debería servir como válvula de escape; pero, por el contrario, la actuación irresponsable de la mayoría ilegítima del PSUV (casi 70% de diputados con 48% de votos en 2010), ha cerrado esta posibilidad secuestrando la institución y poniéndola al servicio del Poder Ejecutivo y de los intereses de la “Revolución Bolivariana”.

En suma: crisis política, económica y social; un gobierno que “no hace nada”; la Unidad Democrática resolviendo sus contradicciones internas; y los ciudadanos cada vez más acorralados. Así, desde Súmate observamos con preocupación que, además, en el estado actual de las instituciones no es posible promover ni gestionar los cambios necesarios para superar las dificultades por las que atraviesa la República, es decir, aunque la crisis que vivimos es visiblemente económica y tiene consecuencias sociales realmente desgarradoras, las causas de este complejo escenario son esencialmente políticas, con lo cual la sustentabilidad y la efectividad de todas las medidas que se puedan tomar depende directamente de la recuperación y reconstrucción de las instituciones y la Democracia.  

El cuadro que describimos es cuando menos alarmante. La solución pasa por la Asamblea Nacional y actualmente se encuentra secuestrada por el PSUV, con lo cual sólo queda mirar en perspectiva hacia las Elecciones Parlamentarias de 2015 y el reto es cuando menos apocalíptico:  

1) Reconstruir la Unidad de cara a los ciudadanos como una alternativa visible de poder, orientada a la solución de los problemas en el marco de un proyecto consensuado de futuro para el país;

2) Organizar a los ciudadanos para protestar pacífica y firmemente ante la destrucción sistemática de la calidad de vida;

3) Seleccionar al mejor equipo unitario posible de hombres y mujeres que asuman las candidaturas a los escaños de la AN, para lograr una representación cuantitativamente mayoritaria y cualitativamente capacitada para conducir desde allí la reconstrucción de las instituciones y de la República;

4) Exigir y lograr un pliego de condiciones para que el contexto electoral de 2015 se desarrolle con transparencia, justicia y libertad, para que sin intimidación ni ventajismo los ciudadanos puedan expresarse en paz y seleccionar a sus representantes para la transición; y

5) Organizar a los ciudadanos para que vigilen cada mesa de votación y aseguren que los resultados electorales son el reflejo exacto de la voluntad popular ejercida a través del voto libre, directo, universal y secreto.  

La Asamblea Nacional, funcionando como institución primordial de la gobernabilidad del país y no como apéndice del Poder Ejecutivo, tiene constitucionalmente atribuciones que le permiten proponer enmiendas y reformas a la Constitución, ejercer funciones de control sobre el Gobierno y la Administración Pública, decretar amnistías, discutir y aprobar el Presupuesto Nacional, autorizar o no créditos adicionales, autorizar celebraciones de contratos de interés nacional, dar votos de censura al Vicepresidente Ejecutivo y Ministros, pudiendo implicar sus destituciones, autorizar o no al Ejecutivo para enajenar bienes inmuebles de la Nación, autorizar o no la salida del Presidente de la República por un lapso superior a cinco días consecutivos, más los nombramiento y remociones de miembros del Poder Electoral, Poder Ciudadano, y Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, tal como lo estipula el artículo 187 de nuestra Constitución. 

Aunque parezca cuesta arriba, esa es la ruta que desde Súmate queremos ofrecer a los ciudadanos y desde ya, ponemos sobre la mesa un instrumento para comenzar a transitarla con eficiencia: Primarias Pre-Parlamentarias organizadas por la sociedad civil en todas las circunscripciones nominales y lista en todo el país.

 

 

Monitor Parlamentario: una publicación de Súmate
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