FEBRERO 2015
Nº 7, AÑO 5
PARA IMPRIMIR (PDF)

2015: UNA RUTA CIUDADANA
DEMOCRÁTICA PARA EL CAMBIO

 

Asistimos a las horas más aciagas de la historia de la Democracia en Venezuela. Desde esta tribuna creada por Súmate en 2010 hemos hecho seguimiento desde la perspectiva del elector con rigurosidad el devenir de la actividad parlamentaria a través de la Contraloría Ciudadana a la Asamblea Nacional durante estos 4 años de su gestión y aunque es una actividad difícil, nos ha permitido colocar en perspectiva la manera sistemática como desde el Gobierno Nacional se ha utilizado la institución para cometer las más inconmensurables e increíbles violaciones a la Constitución y para destruir la Democracia venezolana.

Corremos el riesgo con cada publicación de parecer repetitivos, trillados o incluso ingenuos en la denuncia, pero nos preocupa que la no democratización real de las instituciones genere una actitud de anomia: como si nos adaptáramos a la transformación de la sociedad en una jungla, y actuáramos cada vez más como parásitos, capaces, según el caso, de acomodarnos, pero sin una esperanza estable para el futuro.  

Aunque en este monitor parlamentario observaremos una fotografía espeluznante de la realidad de la Democracia en Venezuela, un resumen de cómo se fraguó en 2014 un Golpe de Estado a la Constitución; su sola publicación es una declaración de estoica resistencia ante la impresión generalizada de encontrarnos en un callejón sin salida, en un sendero que baja y se reduce lentamente en una especie de huella cada vez menos visible de lo que fuimos. 

Durante 2014 los diputados del PSUV utilizaron su mayoría simple (obtenida en 2010 con el 47,3% de los votos y una sobrerrepresentación inconstitucional de más de 12%) para poner en jaque el futuro de la Democracia en Venezuela: omitieron la publicación de la agenda legislativa; permitieron la sanción de 54 leyes vía Habilitante, incluso fuera de las competencias asignadas al Ejecutivo Nacional; allanaron la inmunidad parlamentaria y destituyeron parlamentarios adversos; despojaron a diputados opositores de las presidencias de las Comisiones Permanentes, se negaron a debatir y/o interpelar funcionarios del Gobierno Nacional sobre la situación de la grave inseguridad, las violaciones a los derechos humanos, la inflación, la escasez, el desabastecimiento, la situación de la salud y la corrupción, cuyo mayor ejemplo fue la reconocida por más de 25 mil millones de Dólares por el exministro Jorge Giordani, entre otros problemas; incrementó en 102,16% el presupuesto nacional a través de la aprobación de créditos adicionales siendo los principales responsables de una expansión fiscal desmedida que originó una inflación general de más del 60% y de más del 100% en alimentos; y por si fuera poco, cerró con broche de oro el año realizando una “renovación” de los Poderes Públicos que acentúa el control institucional del PSUV en el Consejo Nacional Electoral, el Tribunal Supremo de Justicia, la Fiscalía General, la Defensoría del Pueblo y la Contraloría General de la República. Toda una apología épica a la contrademocracia y, reiteramos, un flagrante Golpe de Estado a la Constitución y la Democracia venezolana. 

Esta desmesura nos ha arrastrado hacia una situación límite que el racionalismo moderno describió como “estado de naturaleza”, una lucha de todos contra todos por la sobrevivencia: una indescriptible anarquía para acceder a alimentos, medicinas y suministros de primera necesidad; una inseguridad desbordada que promueve la “autoprotección” y catapulta la violencia; una inflación que consume velozmente la capacidad de compra de los trabajadores, aniquila el ahorro, desintegra la familia y pone a prueba la paciencia de los ciudadanos; y finalmente una red hospitalaria dramáticamente devastada incapaz de combatir la delicada situación de sanidad pública existente por el azote de fuertes epidemias. 

Aunque una situación de conflicto generalizado se pronostica libremente en el discurso popular, no es éste un escenario de futuro, asistimos hoy a él, se agrava a diario y no hay límites visibles en su escalada. Pero no todo conflicto es liberador, ni toda institución es por sí misma portadora de dominio: la antidemocracia de hoy pasa por la destrucción de las instituciones democráticas, justificada a través de la utilización de los argumentos y la retórica de la democracia. 

Para enfrentar en paz los retos que nos dibuja nuestro tiempo es necesario desplazar el centro de gravedad de la política desde las instituciones hacia la sociedad; y desde la soberanía ejercida desde un Estado confiscado hacia la libertad, como florecimiento humanístico de la personalidad en un espacio público.  

Aunque la inmediatez necesaria de una vía de escape a la crisis  pueda chocar catastróficamente con las potencias del dominio, esta propuesta que hacemos desde Súmate no constituye una orientación revueltista ni revolucionaria (que secunda y promueve las leyes del más fuerte): es una orientación que se mide con el peso de la realidad y el impulso de la imaginación, es la libre organización de la esperanza. 

Desde Súmate proponemos: 1) sostener la contraloría al desempeño de los poderes públicos y levantar con fuerza la voz ante las violaciones a la Constitución y los cercos a la libertad, que también son  violaciones de derechos humanos que no prescriben y la memoria de los pueblos es la única garantía de esquivar caminos pedregosos en el futuro, desde Súmate, no abandonaremos esa bandera; 2) construir una unidad política más allá de lo electoral, que implica la participación de todos los ciudadanos y todas las organizaciones en un proyecto de país que comienza con la selección de un equipo de hombres y mujeres con las aptitudes y actitudes necesarias para conquistar la mayoría de la Asamblea Nacional; y desde ahí guiar el restablecimiento de la Democracia, la recuperación de las instituciones y el retorno de la libertad, sólo con Primarias Generales Abiertas para todos los curules elegibles, es posible alcanzar este objetivo; 3) organizar a los ciudadanos para protestar pacíficamente ante el deterioro de la calidad de vida en general, no hacerlo es condenar a todo un país a la resignación y en consecuencia a la ignominia de la historia; 4) organizar el mejor grupo de venezolanos posible para defender en cada mesa de votación los votos de todos los ciudadanos en las elecciones por venir durante este 2015, una organización perfecta es la clave para superar el ventajismo y la intimidación que se ondea como una bandera desde un Consejo Nacional Electoral servil a los intereses del PSUV que busca desmoralizar a los electores y desprestigiar el voto como máximo mecanismo de expresión democrática, desde Súmate, ponemos a la orden de la Unidad la experiencia de miles de voluntarios en todo el país para tan importante tarea; 5) acudir masivamente a votar en las próximas elecciones parlamentarias, para infligir al oficialismo su mayor fracaso histórico electoral con un desbordante caudal de votos, es el quiebre político necesario para la extinción de un modelo económico y social que se encuentra derrotado en la conciencia popular en tanto ya no responde a los problemas diarios de los venezolanos; 6) y finalmente trabajar a diario, cada uno desde su lugar, con la esperanza de un futuro mejor, de una Venezuela próspera y libre, sólo el trabajo honesto y dedicado puede darnos el impulso necesario para superar la crisis. Esa es la agenda que ofrecemos al país y asumimos desde Súmate, la Ruta Ciudadana Democrática que debemos transitar para enfrentar con preparación y responsabilidad los retos democráticos venideros.

Los diputados del PSUV utilizaron su mayoría simple en 2014 para


 

 

Monitor Parlamentario: una publicación de Súmate
Presidente: Roberto Abdul — Jefe de Información: José Enrique Delgado
Producción de las Coordinaciones Súmate: Investigación - Contraloría Ciudadana - Legal - Comunicación y Medios.
www.sumate.org — Twitter: @sumate