EDITORIAL
Técnicos electorales seguirán
garantizando el secreto del voto
Este mes
de mayo comenzó a calentarse el ambiente electoral venezolano, aún
cuando los futuros comicios se esperan para el próximo año.
Cuando se
esperaba que el CNE confirmara públicamente que las Elecciones
Presidenciales serán en Diciembre de 2012, y que aclarara cuántas otras
elecciones y en qué secuencia programará su ejecución, sorprendió el 12
de mayo con la aprobación de modificaciones al Sistema Automatizado de
Votación (SAV). La decisión asumida por la mayoría de su Directorio no
fue consultada previamente con partidos políticos, ni organizaciones
ciudadanas de contraloría electoral (Art. 62 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela), ni mucho menos con los electores.
De los
tres grandes cambios propuestos, Súmate ha explicado por qué considera
que el primero (modificación de las boletas electorales) es beneficioso,
el segundo (cambios en la forma en la que se programarían las máquinas
de votación antes de las elecciones) debe ser explicado por un CNE
soberbio que actúa de espalda a la sensatez técnica y a las mejores
prácticas de la administración pública, y el tercero (incorporación de
un Sistema de Autenticación Integral de los votantes con unas nuevas cap
tahuellas) es injustificable desde el punto de vista técnico.
Con la
incorporación de las nuevas captahuellas, según la decisión del CNE, se
reemplazarían las que para este propósito se han utilizado hasta ahora.
Además, ahora no sólo se aplicarían en los ocho estados de las últimas
elecciones, sino en todas y cada una de las máquinas de votación del
país. Esta modificación, según la cual se requeriría que a cada votante
se le capture digitalmente su huella para activar la máquina de votación
y registrar entonces la selección de su voto, podría potenciar la
intimidación en sectores oficialistas nacionalmente, amenazando a los
votantes con una pretendida posibilidad de revelar su secreto del voto,
a pesar de que se compruebe que técnicamente sea imposible hacerlo.
Desde el
punto de vista tecnológico, sólo podrá garantizarse que las nuevas
captahuellas no pongan en riesgo el secreto del voto, luego de que el
CNE haga una licitación, adquiera los equipos, el proveedor contratado
desarrolle el programa que será cargado en cada máquina de votación y se
le permita a los técnicos acreditados por los partidos políticos hacer
las revisiones correspondientes, con el tiempo y la profundidad
requerida para no dejar ninguna duda de que el nuevo sistema no registra
ningún dato que vincule la identidad del votante con cada voto emitido.
Las
nuevas revisiones deberán incluir además otros alcances, para comprobar
también que las máquinas no admitan posibilidad alguna de registrar
votos que no se originen de una pulsación sobre las boletas electorales
electrónicas, que pretendan justificarse con el registro “virtual” de
votantes que en realidad no asistan al recinto en la oportunidad de la
votación, en un tipo de posible fraude que ha preocupado a los técnicos
desde la incorporación del SAV en el Referendo Revocatorio Presidencial
de 2004, denominado desde entonces “Votación Virtual”.
Súmate ha
dejado clara su posición pública ante este delicado tema, a pesar de la
premisa en algunos sectores del país que denunciar estos riesgos
conduciría a la desmotivación del electorado para que participe en las
elecciones de 2012. Como si se creyera que la denuncia técnica fuera la
única fuente para que el electorado se enterara masivamente de las
irregularidades permitidas por el CNE, subestimando que la intimidación
se aplica sobre los electores de muy diversas maneras.
Es
oportuno precisar que la propia existencia, los conocimientos y la
capacidad desarrollados por Súmate desde su creación en 2002, se
fundamentan y se han justificado en los obstáculos creados por un CNE
aliado, en su mayoría, con el oficialismo en sus estrategias de aplicar
el ventajismo, la intimidación y el control de los procesos electorales
a la medida de los intereses políticos de mantener en el poder al
Ejecutivo Nacional. Y la respuesta ha sido la organización civil para la
Defensa del Voto antes, durante y después de cada elección administrada
por el CNE, para enfrentar ciudadana y democráticamente estos obstáculos
y asegurar así que los votos se cuenten de acuerdo con la verdadera
voluntad del pueblo.
De allí
que para Súmate no haya duda que en 2012, cuando se revisen los sistemas
que en definitiva aplique el CNE, sobre todo si se cuenta con la
presencia activa de la observación electoral internacional con
experiencia en la automatización del voto, los técnicos venezolanos
podrían verificar que el sistema – efectivamente – ni vulnerará el
secreto del voto ni facilitará la emisión de votos virtuales.
Pero de
aquí hasta allá, y aún después de que pueda desarrollarse una campaña de
explicaciones técnicas para argumentar ante la ciudadanía que no existan
tales riesgos, desde el oficialismo se seguirá intimidando y sacando
ventaja fraudulentamente de su perversa capacidad para disponer a su
antojo de los recursos del Estado para su campaña electoral.
Algunos
políticos evitarán las complicadas explicaciones técnicas y dirán que
para qué preocuparse de la intimidación oficialista, si luego de las
elecciones nadie podría hacer nada con esa Información ilegítimamente
obtenida. Por fortuna, como ya se ha dicho, técnicamente podrá
comprobarse que en efecto no habrá riesgo. Así ocurrió en 2005, cuando
el CNE a última hora decidió no utilizar las captahuellas en las
Parlamentarias de ese año, y cuando en cada elección desde 2006 hasta
2010 los técnicos pudieron comprobar que su utilización no ha permitido
conocer la selección de cada votante.
Con el
silencio respecto al calendario electoral 2012 y con los cambios
aprobados al SAV por la mayoría del Directorio, sin consulta a los
actores de las elecciones en el país, el CNE perdió en el mes de Mayo
dos excelentes oportunidades para hacer su trabajo transparentemente,
con lo cual habría podido comenzar a remontar la cuesta de la confianza
en su gestión, tan venida a menos, luego de ponerse sistemáticamente al
lado del oficialismo en sus prácticas de ventajismo e intimidación
durante los últimos procesos electorales.
Frente al
miedo, están las opciones de paralizarse o de activarse para superar la
amenaza. Con el arranque de los preparativos para las Primarias en mayo,
cuando se aprobó el Reglamento y se designó a los miembros de la
Comisión Electoral de Primarias, los sectores democráticos comienzan a
transitar decididamente la ruta electoral hacia 2012, como vía cierta a
la posibilidad de un futuro democrático a partir de 2013, que sólo
requiere para su éxito de la organización unitaria de la ciudadanía en
torno al ejercicio y a la defensa del voto.
|