Diciembre 2012
Nº 63, AÑO 8

 
   

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 EDITORIAL

 

2013: UN AÑO PARA RECAPACITAR

EL TRIUNFO SE LOGRA CON LA INCLUSIÓN DE TODOS
 

 
 

Al tiempo que Súmate nació hace diez años, promoviendo la participación de la ciudadanía en la contraloría electoral, el Ejecutivo Nacional logró ilegítimamente comenzar a dominar las altas decisiones en la conducción de los procesos electorales en Venezuela, asegurándose la complicidad de la mayoría del Directorio del Consejo Nacional Electoral (CNE). Así desarrollaron su estrategia de ventajismo e intimidación ilegal, al igual que el diseño y control de las elecciones en función de los intereses políticos del oficialismo.

El que el CNE favorezca al oficialismo, no significa que decida quién gana en cada elección: para ganarla, los actores políticos han debido movilizar a sus seguidores hasta las mesas de votación. Y aunque en todas ellas, en los últimos procesos, ya se han incorporado máquinas de votación, la acción de denuncia y propuesta de Súmate y otros actores ciudadanos y políticos presionando permanentemente al CNE, ha logrado progresivamente el establecimiento de controles cuya aplicación pudiera llegar a garantizar el registro correcto de la expresión del pueblo, aún haciendo uso de dicha plataforma automatizada.

Sin embargo, parte del problema es que el CNE no garantiza que estos controles sean efectivamente aplicados, aún cuando su función de administración electoral le obliga a ello. Así, que se impida el voto asistido ilegal en los Centros de Votación, que se aplique correctamente la tinta indeleble para evitar la votación múltiple de delincuentes electorales, que se verifique que la máquina de votación a ser usada en cada Mesa de Votación haya sido efectivamente auditada previamente por técnicos independientes y/o que se sorteen adecuadamente las máquinas de votación a ser auditadas luego de los respectivos escrutinios, por citar sólo algunos pocos ejemplos entre un gran conjunto de complejas y costosas actividades que deben ejecutarse para una adecuada defensa del voto en las circunstancias políticas de Venezuela, dependería de la acción organizada de todos los actores no comprometidos con el oficialismo para su gestión electoral, coordinados para enfrentársele buscando restablecer algún equilibrio en la emisión, registro y divulgación de los votos.

Esta omisión en la aplicación de los controles que el CNE sólo ha aceptado en el papel, más el diseño de las circunscripciones para los Consejos Legislativos del 16-D bajo criterios políticos y vulnerando el principio constitucional de la Representación Proporcional, unido a la permisividad del ventajismo y la intimidación oficialistas desde la propia gestión del organismo electoral, que parece más bien una dependencia del Ejecutivo Nacional, es la prueba de que en la República Bolivariana de Venezuela no hay elecciones justas, limpias y transparentes.

En este contexto, la dirigencia opositora guió a sus seguidores a participar en las Elecciones Presidenciales del 7 de Octubre y en las recientes Regionales del 16 de Diciembre, sin prepararse apropiadamente para enfrentar la necesaria aplicación de dichos controles y sin haber sugerido hasta la fecha alguna estrategia para enfrentar el ventajismo y la intimidación oficialistas, más allá de denunciarlos luego de la realización de las Presidenciales.

A la luz de los respectivos desempeños del CNE, como de los liderazgos políticos imperantes en el país, tanto en torno al oficialismo como a la oposición, en cuanto a sus responsabilidades electorales durante estos últimos diez años, en términos de lo que puede percibir el ciudadano común independientemente de sus inclinaciones políticas, no puede dejar de reclamarse el desaprovechamiento de las múltiples oportunidades que ha representado cada convocatoria a un nuevo proceso electoral.

La expectativa de elegir a través de unos comicios justos, parece haber quedado aniquilada no sólo por quienes los han pervertido, utilizando su poder ilegal y sin escrúpulos para asegurarse la victoria electoral; sino también por los derrotados, quienes buscan consuelo en aceptarse como parte de una supuesta minoría que podría crecer en el futuro, aún sin tener cómo saber si no forman parte ya de una mayoría que no logra expresarse políticamente.

Por su parte, estos que han salido victoriosos electoralmente, sólo pueden justificarse en que las denuncias contra un CNE parcializado no sean más que invenciones febriles de los derrotados. Pero las evidencias son muchas y han estado expuestas demasiado tiempo, por la responsabilidad de un organismo electoral que pasará a la historia del país como el más grande escollo para recuperar la posibilidad de un verdadero futuro democrático para la nación.

Así se conforma un explosivo cóctel para los desafíos electorales y políticos por venir. Afortunadamente, el CNE al fin se comprometió a realizar las próximas elecciones locales en 2013, para Alcaldes cuyo mandato ya venció este año y Concejales que debieron renovarse ya hace más de tres años y medio. Y queda pendiente la posibilidad de la convocatoria a nuevas elecciones presidenciales, ante la eventualidad de la falta absoluta del candidato reelecto el pasado mes de Octubre; con el condimento de nuestra Constitución que establece un máximo de apenas un mes para su realización.

Se presentarán nuevas oportunidades para elegir importantes cargos de la nación y ya es hora que los actores políticos recapaciten sobre las fallas y omisiones incurridas en todos estos años, se dediquen sinceramente a corregirlas, a visitar y motivar a través de acciones políticas legitimas a los electores donde viven y capacitar apropiadamente a los testigos y miembros de mesa. La exclusión de las ONG dedicadas al tema electoral y la sociedad civil independiente por parte de los actores políticos sólo ha dado como resultado una deficiente defensa del voto. Los líderes políticos deben finalmente convencerse que todos deben participar y que el triunfo solo se logra con la inclusión de todos los sectores.

 

Monitor Electoral: una publicación de Súmate
Director: Ricardo Estévez — Jefe de Información: José Enrique Delgado
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