Las Misiones se han convertido en una herramienta electoral que soporta el Clientelismo Político .

Aunque las Misiones se convirtieron en una de las más importantes políticas de estado, su financiamiento ordinario resultó insuficiente para sustentar la efectividad de esta práctica ilegítima como estrategia electoral, lo cual al parecer obligó al gobierno a solicitar créditos adicionales para estos programas sociales antes de las elecciones presidenciales del 7 de octubre.

Cuando el órgano parlamentario dedica la mayor parte de sus sesiones a aprobar créditos adicionales queda en evidencia la falta de planificación al momento de sancionar leyes presupuestarias.

Al respecto, uno de los puntos que no fue explicado en la Ley de Presupuesto, aprobada por el parlamento para todo el año 2012, es el de los proyectos sociales (misiones), contemplando sólo tres de estos programas (La Gran Misión Vivienda Venezuela, la Gran Misión Agro Venezuela y Gran Misión Saber y Trabajo), obligándose así a autorizar créditos adicionales.

La aprobación de presupuestos nacionales es una de las atribuciones de la Asamblea Nacional, de gran importancia, debido a que se deben considerar todos los gastos e ingresos públicos del país. Cuando no se logra un verdadero equilibrio entre estos factores, la figura de los créditos adicionales se convierte en práctica común, cuando en realidad debería constituir un mecanismo excepcional.

Esto es consecuencia del poco análisis y la ausencia de verdaderos debates que logren garantizar decisiones adecuadas del Parlamento nacional, no orientadas por decisiones políticas que favorecen sólo a los intereses políticos del oficialismo, permitiendo el uso ilegal de los dineros públicos, cuando entre sus propósitos se encuentra el de la movilización electoral para sus seguidores, a través del ventajismo y de la intimidación.