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Asistimos a las horas más aciagas de la historia de la
Democracia en Venezuela. Desde esta tribuna creada por
Súmate en 2010 hemos hecho seguimiento desde la
perspectiva del elector con rigurosidad el devenir de la
actividad parlamentaria a través de la Contraloría
Ciudadana a la Asamblea Nacional durante estos 4 años de
su gestión y aunque es una actividad difícil, nos ha
permitido colocar en perspectiva la manera sistemática
como desde el Gobierno Nacional se ha utilizado la
institución para cometer las más inconmensurables e
increíbles violaciones a la Constitución y para destruir
la Democracia venezolana.
Corremos el riesgo con cada publicación de parecer
repetitivos, trillados o incluso ingenuos en la
denuncia, pero nos preocupa que la no democratización
real de las instituciones genere una actitud de anomia:
como si nos adaptáramos a la transformación de la
sociedad en una jungla, y actuáramos cada vez más como
parásitos, capaces, según el caso, de acomodarnos, pero
sin una esperanza estable para el futuro.
Aunque en este monitor parlamentario observaremos una
fotografía espeluznante de la realidad de la Democracia
en Venezuela, un resumen de cómo se fraguó en 2014 un
Golpe de Estado a la Constitución; su sola
publicación es una declaración de estoica resistencia
ante la impresión generalizada de encontrarnos en un
callejón sin salida, en un sendero que baja y se reduce
lentamente en una especie de huella cada vez menos
visible de lo que fuimos.
Durante 2014 los diputados del PSUV utilizaron su
mayoría simple (obtenida en 2010 con el 47,3% de los
votos y una sobrerrepresentación inconstitucional de más
de 12%) para poner en jaque el futuro de la Democracia
en Venezuela: omitieron la publicación de la agenda
legislativa; permitieron la sanción de 54 leyes vía
Habilitante, incluso fuera de las competencias asignadas
al Ejecutivo Nacional; allanaron la inmunidad
parlamentaria y destituyeron parlamentarios adversos;
despojaron a diputados opositores de las presidencias de
las Comisiones Permanentes, se negaron a debatir y/o
interpelar funcionarios del Gobierno Nacional sobre la
situación de la grave inseguridad, las violaciones a los
derechos humanos, la inflación, la escasez, el
desabastecimiento, la situación de la salud y la
corrupción, cuyo mayor ejemplo fue la reconocida por más
de 25 mil millones de Dólares por el exministro Jorge
Giordani, entre otros problemas; incrementó en 102,16%
el presupuesto nacional a través de la aprobación de
créditos adicionales siendo los principales responsables
de una expansión fiscal desmedida que originó una
inflación general de más del 60% y de más del 100% en
alimentos; y por si fuera poco, cerró con broche de oro
el año realizando una “renovación” de los Poderes
Públicos que acentúa el control institucional del PSUV
en el Consejo Nacional Electoral, el Tribunal Supremo de
Justicia, la Fiscalía General, la Defensoría del Pueblo
y la Contraloría General de la República. Toda una
apología épica a la contrademocracia y, reiteramos, un
flagrante Golpe de Estado a la Constitución y la
Democracia venezolana.
Esta desmesura nos ha arrastrado hacia una situación
límite que el racionalismo moderno describió como
“estado de naturaleza”, una lucha de todos contra todos
por la sobrevivencia: una indescriptible anarquía para
acceder a alimentos, medicinas y suministros de primera
necesidad; una inseguridad desbordada que promueve la
“autoprotección” y catapulta la violencia; una inflación
que consume velozmente la capacidad de compra de los
trabajadores, aniquila el ahorro, desintegra la familia
y pone a prueba la paciencia de los ciudadanos; y
finalmente una red hospitalaria dramáticamente devastada
incapaz de combatir la delicada situación de sanidad
pública existente por el azote de fuertes epidemias.
Aunque una situación de conflicto generalizado se
pronostica libremente en el discurso popular, no es éste
un escenario de futuro, asistimos hoy a él, se agrava a
diario y no hay límites visibles en su escalada. Pero no
todo conflicto es liberador, ni toda institución es por
sí misma portadora de dominio: la antidemocracia de hoy
pasa por la destrucción de las instituciones
democráticas, justificada a través de la utilización de
los argumentos y la retórica de la democracia.
Para enfrentar en paz los retos que nos dibuja nuestro
tiempo es necesario desplazar el centro de gravedad de
la política desde las instituciones hacia la sociedad; y
desde la soberanía ejercida desde un Estado confiscado
hacia la libertad, como florecimiento humanístico de la
personalidad en un espacio público.
Aunque la inmediatez necesaria de una vía de escape a la
crisis pueda chocar catastróficamente con las potencias
del dominio, esta propuesta que hacemos desde Súmate no
constituye una orientación revueltista ni revolucionaria
(que secunda y promueve las leyes del más fuerte): es
una orientación que se mide con el peso de la realidad y
el impulso de la imaginación, es la libre organización
de la esperanza.
Desde Súmate proponemos: 1) sostener la
contraloría al desempeño de los poderes públicos y
levantar con fuerza la voz ante las violaciones a la
Constitución y los cercos a la libertad, que también son
violaciones de derechos humanos que no prescriben y la
memoria de los pueblos es la única garantía de esquivar
caminos pedregosos en el futuro, desde Súmate, no
abandonaremos esa bandera; 2) construir una
unidad política más allá de lo electoral, que implica la
participación de todos los ciudadanos y todas las
organizaciones en un proyecto de país que comienza con
la selección de un equipo de hombres y mujeres con las
aptitudes y actitudes necesarias para conquistar la
mayoría de la Asamblea Nacional; y desde ahí guiar el
restablecimiento de la Democracia, la recuperación de
las instituciones y el retorno de la libertad, sólo con
Primarias Generales Abiertas para todos los curules
elegibles, es posible alcanzar este objetivo; 3)
organizar a los ciudadanos para protestar pacíficamente
ante el deterioro de la calidad de vida en general, no
hacerlo es condenar a todo un país a la resignación y en
consecuencia a la ignominia de la historia; 4)
organizar el mejor grupo de venezolanos posible para
defender en cada mesa de votación los votos de todos los
ciudadanos en las elecciones por venir durante este
2015, una organización perfecta es la clave para superar
el ventajismo y la intimidación que se ondea como una
bandera desde un Consejo Nacional Electoral servil a los
intereses del PSUV que busca desmoralizar a los
electores y desprestigiar el voto como máximo mecanismo
de expresión democrática, desde Súmate, ponemos a la
orden de la Unidad la experiencia de miles de
voluntarios en todo el país para tan importante tarea;
5) acudir masivamente a votar en las próximas
elecciones parlamentarias, para infligir al oficialismo
su mayor fracaso histórico electoral con un desbordante
caudal de votos, es el quiebre político necesario para
la extinción de un modelo económico y social que se
encuentra derrotado en la conciencia popular en tanto ya
no responde a los problemas diarios de los venezolanos;
6) y finalmente trabajar a diario, cada uno desde
su lugar, con la esperanza de un futuro mejor, de una
Venezuela próspera y libre, sólo el trabajo honesto y
dedicado puede darnos el impulso necesario para superar
la crisis. Esa es la agenda que ofrecemos al país y
asumimos desde Súmate, la Ruta Ciudadana Democrática
que debemos transitar para enfrentar con preparación
y responsabilidad los retos democráticos venideros.
Los diputados del PSUV utilizaron su mayoría simple en
2014 para

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